La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por el bajo índice de estado nutricional en una persona con temor a ganar peso, asociado a una distorsión de su propia imagen corporal en la que, aunque esté muy delgada va a querer seguir bajando de peso o se verá a si misma con sobrepeso o “muy gorda”. Lo anterior hace que las personas con este trastorno de anorexia nerviosa, tengan diferentes comportamientos para lograr esta meta tales como: pasar largos períodos de tiempo sin comer, vomitar, hacer ejercicio de forma compulsiva, utilizar medicamentos y sustancias con el objetivo de lograr un peso determinado.
Cabe destacar que, aunque normalmente se cree que las personas con anorexia no comen y esto es lo que la diferencia de otros trastornos de la conducta alimentaria, la característica principal de la anorexia nerviosa es el bajo índice de estado nutricional que se manifiesta por desnutrición y no el hecho de pasar largas horas sin alimentarse. Por otro lado, las personas con anorexia pueden presentar episodios de vomito al igual que ocurre en bulimia nerviosa, pero ante su estado nutricional tan afectado, estos comportamientos pueden ser más peligrosos y generar complicaciones médicas e incluso desenlaces fatales.
Por la desnutrición propia de este diagnóstico pueden presentarse consecuencias y cambios en diferentes órganos del cuerpo incluyendo: huesos, cerebro, estómago y tracto gastrointestinal, sistema reproductor, piel y anexos tales como pelo y uñas, entre otros. De hecho, la anorexia nerviosa es la enfermedad mental más peligrosa y mortal no solo por el riesgo suicida que también conllevan todos los demás trastornos psiquiátricos, sino porque el compromiso en los diferentes sistemas corporales puede tener consecuencias letales e irreversibles.
En cuanto a la causa, no se ha encontrado una en específico, sino varios factores que, al juntarse, pueden desarrollar la enfermedad entre los que se destacan: riesgo genético (existiendo varios familiares afectados con trastornos alimentarios o psiquiátricos en una misma familia), el rol social (incluye influencia de redes sociales, lo que la cultura vende como la imagen corporal “ideal”), algunas profesiones que requieren cierto tipo de corporalidad como requisito para realizarlas (deportes de alto rendimiento, modelaje, entre otros), es por eso que se habla de causas multifactoriales (multi: muchos, factoriales: factores).
Con respecto al tratamiento para la anorexia nerviosa, se prefieren aquellos con mayor evidencia científica tales como psicoterapias protocolizadas que tienen estudios que las respalden, las más reconocidas son: la terapia basada en la familia para manejo de la anorexia nerviosa (mejor evidencia para adolescentes), la terapia cognitivo conductual para trastornos alimentarios y la terapia dialéctico conductual para trastornos alimentarios; otras psicoterapias no tienen la suficiente evidencia para ser recomendadas y se sugiere que las personas que atiendan a estos pacientes tengan entrenamiento en estos tratamientos, tales como los profesionales de DIALÉCTICA. Adicionalmente, en algunos casos se requiere el uso de algunos medicamentos para el manejo de la ansiedad y la depresión que se puede presentar y se requiere en muchos casos acompañamiento de nutrición especialista en este tipo de diagnósticos.
Como recomendación, si usted o alguien cercano presenta un estado nutricional bajo con preocupación constante por el peso, la figura o la imagen corporal, y esto no le permite funcionar adecuadamente en su vida cotidiana, debe consultar con un profesional en el tema para definir su diagnóstico e iniciar manejo lo más pronto posible, ya que de la rapidez con la que se inicie el tratamiento, permitirá evitar que la enfermedad se prolongue y se complique su estado de salud o el de su ser querido.
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